Siendo de un proyecto digital, nos surgió el reto de cómo llevarlo al mundo físico para que el público pudiese adentrarse en vivo en los contenidos. Bajo esta premisa, diseñamos una experiencia inmersiva a través de multiples proyecciones que bañaron de luces y colores el techo y las paredes de la Biblioteca Nacional en Madrid. A través de contenidos audiovisuales emitidos de manera sincronizada, los asistentes pudieron sumergirse en los documentos y materiales digitalizados para el proyecto.
Sumado a una serie de intervenciones, el acto contó también con la presentación musical de un grupo artístico que interpretó música de la época de Antonio de Nebrija.